LAS RATAS Y LAS COMADREJAS-FABULA CORTA
11/29/2019 01:02:00 p.m.
Desde tiempos inmemoriales, había entre las ratas y las comadrejas una enemistad acérrima y encarnizada que las llevaba a enfrentarse en tremendas batallas campales. A pesar de que las comadrejas no eran tan fornidas como sus enemigas, siempre ganaban las batallas, porque la madre naturaleza las había provisto de unas defensas más eficaces que las de las ratas: unos caninos tremendos, agudísimos y afilados como si acabaran de pasar por la piedra del amolador.
Hartas ya las ratas de tanto perder, celebraron un día una asamblea magna por ver si descubrían el motivo y, con él, el remedio de sus continuas derrotas contra las comadrejas.
Después de mucho hablar y mucho escuchar toda la clase de opiniones estrafalarias y fantásticas, llegaron a la conclusión de que siempre las derrotaban porque iban al combate sin comandantes ni guías, sin generales que hubiesen previsto un plan de batalla y sin capitanes que atacasen al frente de las tropas. Les costó lo suyo, pero, finalmente, averiguaron lo que se habían propuesto.
Lógicamente, el siguiente paso fue designar las ratas que debían tomar el mando en función de generales y capitanes de las huestes. Eso fue fácil. A continuación, se les ocurrió que les mandamases debían distinguirse de alguna manera de los soldados rasos, y para ello, confeccionaron unos cascos metálicos provistos de vistosos cuernos como los de los legendarios vikingos, los belicosos guerreros norteños de la antigüedad. La verdad es que producían un efecto imponente.
A pesar de los esfuerzos de las flamantes dirigentes recién estrenadas, en la siguiente batalla, las ratas volvieron a perder bajo los terribles caninos de sus enemigas y hubieron de huir a la desbandada.
¡Qué manera de correr cada cual a su ratonera! ¡Aquello fue un espectáculo digno de admirar! Sin embargo, las que habían aceptado el nombramiento de general o capitán no pudieron guarecerse, porque el casco estilo vikingo les impidió pasar por la puerta de su casa y, así, las comadrejas las atraparon con toda facilidad, las degollaron y se las zamparon.
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