EL LEÓN, LA VACA, LA CABRA Y LA OVEJA(FABULA CORTA)
9/09/2019 02:59:00 p.m.EL LEÓN, LA VACA, LA CABRA Y LA OVEJA
Esté era un león que un buen día se reunió con una vaca, una cabra y una oveja. ¡Quién puede imaginarse un cuarteto más curioso y singular! Pero, resulta que corrían tiempos de crisis lo cual significaba dificultades para encontrar alimento. ¡A saber si no lo acapararían todos los especuladores, que tanto proliferan en esas circunstancias! El caso es que había hambre y a los cuatro animales se les ocurrió asociarse para ir al monte de cacería, porque, al ser varios, podrían distribuirse entre los distintos apostaderos y, así, tendrían más posibilidades de cazar una pieza de buen tamaño. Después, como es natural, se repartirían las piezas cobradas a partes iguales, según la costumbre de los cazadores.
Se dirigieron al prado del Abrevador, así llamado porque había un abrevadero muy concurrido por toda clase de habitantes del bosque y del monte, y cada uno se apostó en un lugar. El león subió a lo alto de la peña Granito, la vaca se quedó allí mismo, detrás de la fuente, la cabra se escondió tras el roble Solitario y la oveja montó guardia en el camino a la Cueva. Tuvieron que esperar muchas horas, porque la caza es así: hay que armarse de paciencia. Por fin llego un ciervo que lucía una espléndida cornamenta y, por lo visto, tenía mucha sed, porque enseguida se puso a beber. Los cuatro cazadores lo rodearon para cortarle la huida y lo abatieron. Al menos, aquel día matarían al gusanillo.
Se dirigieron al prado del Abrevador, así llamado porque había un abrevadero muy concurrido por toda clase de habitantes del bosque y del monte, y cada uno se apostó en un lugar. El león subió a lo alto de la peña Granito, la vaca se quedó allí mismo, detrás de la fuente, la cabra se escondió tras el roble Solitario y la oveja montó guardia en el camino a la Cueva. Tuvieron que esperar muchas horas, porque la caza es así: hay que armarse de paciencia. Por fin llego un ciervo que lucía una espléndida cornamenta y, por lo visto, tenía mucha sed, porque enseguida se puso a beber. Los cuatro cazadores lo rodearon para cortarle la huida y lo abatieron. Al menos, aquel día matarían al gusanillo.
El león partió la presa en cuatro partes, todas iguales, eso sí, y, a continuación, dijo a sus tres compañeros:
-El primer cuarto es para mí, porque soy el león, el jefe de la cuadrilla; el segundo también me lo quedo, porque soy el mas fuerte de los cuatro; el tercero me lo reservo, porque tengo hambre feroz. Y el cuarto cuarto..., pues, les lo digo francamente: al que se atreva a tocarlo, que se pase antes por el señor notario y haga testamento; es un consejo. ¿Lo Entendiste?
¡Cómo no iban a entenderlo! ¡Estaba más claro que el agua! Cuando se es honrado como una vaca, de buena fe como una cabra o sumiso como una oveja, más vale no entrar en trato con los leones.
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